Como corresponde, comenzaremos con el diario Clarín. Es cierto que es enero, que hace calor, casi no hay fútbol (hay Dakar, por desgracia) y no hay un carajo para "informar". Y hay que llenar 20 páginas de noticias, porque el resto, más del 80%, se reparten entre las ofertas de turno, clasificados, y otros sumplementos interesantísimos como countries, rural y mujer.
En fin, una noticia que se llevó un par de páginas, aparte del kilombo de Gaza, fue la del avión que "amerizó" en N.Y. Entre nosotros, ¿no sería más simple decir que aterrizó en el río? Pero eso no importa, lo que importa es que el mundo tiene por fin un superhéroe de carne y hueso. Un tipo de unos 60 años, con cara de nada, de clase media, el jefe de una familia tipo norteamericana. Se trata del piloto, claro, que gracias a su profesionalismo salvó a 150 personas de hacerse mierda contra el piso (o contra el agua). Y gracias, también, a que fue piloto de la Air Force y, resalta Clarín, "en su tiempo libre trabaja para la Safety Reliability Methods, la sociedad que fundó para estudiar la psicología de la tripulación en momentos de crisis".
Todo muy lindo, el tipo es un héroe, lo van a condecorar, le van a dar las llaves de la ciudad, etc. Pero, hablando en criollo, ¡no me vengan con pelotudeces! El tipo, sin duda, debe ser un piloto de puta madre, pero él lo único que hizo fue salvar su propio culo, y, de paso, a las 150 personas que viajaban en ese avión. Imaginen que el "amerizaje" no hubiese salido tan bien y se mataban todos. ¿Dirían que el tipo es un héroe? Jamás, qué pregunta más boluda, estarían investigando a ver si el tipo no era un borracho, o si estaba viejo para seguir volando, y quién sabe cuántas estupideces más.
De todos modos, no era esto lo que quería resaltar. Líneas arriba dije que el mundo tiene un héroe nuevo. Bueno, acá, los argentinos, como dios manda, ¡tenemos dos! Sí, oigan, lean bien, un argentino estaba en ese vuelo, y no sólo ayudó a salir a la gente del avión, sino que además, como el chabón es médico, le hizo un torniquete a una vieja que se había cortado la gamba. ¿No me creen? Lean lo que dice Clarín en la página 44, y, por favor, eviten detenerse demasiado tiempo en la promo "15% de descuento en pollo" en Disco: "En ese momento, Alberto vio por primera vez al otro gran héroe de la historia, el capitán Chesley Sullenburger". Alberto, claro está, es el héroe argentino. Bien nuestro. Y para colmo es médico. Y triunfa en el exterior. Ahora sí, Favaloro puede descansar en paz.
En fin, una noticia que se llevó un par de páginas, aparte del kilombo de Gaza, fue la del avión que "amerizó" en N.Y. Entre nosotros, ¿no sería más simple decir que aterrizó en el río? Pero eso no importa, lo que importa es que el mundo tiene por fin un superhéroe de carne y hueso. Un tipo de unos 60 años, con cara de nada, de clase media, el jefe de una familia tipo norteamericana. Se trata del piloto, claro, que gracias a su profesionalismo salvó a 150 personas de hacerse mierda contra el piso (o contra el agua). Y gracias, también, a que fue piloto de la Air Force y, resalta Clarín, "en su tiempo libre trabaja para la Safety Reliability Methods, la sociedad que fundó para estudiar la psicología de la tripulación en momentos de crisis".
Todo muy lindo, el tipo es un héroe, lo van a condecorar, le van a dar las llaves de la ciudad, etc. Pero, hablando en criollo, ¡no me vengan con pelotudeces! El tipo, sin duda, debe ser un piloto de puta madre, pero él lo único que hizo fue salvar su propio culo, y, de paso, a las 150 personas que viajaban en ese avión. Imaginen que el "amerizaje" no hubiese salido tan bien y se mataban todos. ¿Dirían que el tipo es un héroe? Jamás, qué pregunta más boluda, estarían investigando a ver si el tipo no era un borracho, o si estaba viejo para seguir volando, y quién sabe cuántas estupideces más.
De todos modos, no era esto lo que quería resaltar. Líneas arriba dije que el mundo tiene un héroe nuevo. Bueno, acá, los argentinos, como dios manda, ¡tenemos dos! Sí, oigan, lean bien, un argentino estaba en ese vuelo, y no sólo ayudó a salir a la gente del avión, sino que además, como el chabón es médico, le hizo un torniquete a una vieja que se había cortado la gamba. ¿No me creen? Lean lo que dice Clarín en la página 44, y, por favor, eviten detenerse demasiado tiempo en la promo "15% de descuento en pollo" en Disco: "En ese momento, Alberto vio por primera vez al otro gran héroe de la historia, el capitán Chesley Sullenburger". Alberto, claro está, es el héroe argentino. Bien nuestro. Y para colmo es médico. Y triunfa en el exterior. Ahora sí, Favaloro puede descansar en paz.
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